¿Cómo manejarías a un niño autista que tuviera una rabieta?

Mantenga la calma: No te enfades ni te frustres

Proporcione espacio físico: Encuentre un lugar con menor entrada sensorial

Redirigir: Desvíelos hacia una tarea positiva una vez que las emociones comiencen a calmarse.

Comunícate visualmente: Proporcionar apoyo o dirección visual si hablar se vuelve difícil.

Dales el control: Ofrezca una variedad de opciones para ayudar a restaurar la sensación de control.

Espera: Permitir que el niño se autorregule, manteniéndose cerca pero dándole espacio.

Evitar la confrontación: Interactúe sólo con la comunicación necesaria.

Fomentar un regreso seguro: Después de calmarse, analice estrategias y brinde validación.