¿Cuáles son los bultos dolorosos en la espalda baja?
1. Lipoma: Un lipoma es un tumor benigno de crecimiento lento que se desarrolla en el tejido adiposo. Puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, incluida la zona lumbar. Los lipomas suelen ser blandos, móviles e indoloros. Sin embargo, a veces pueden volverse dolorosos si crecen o presionan los nervios cercanos.
2. Distensión muscular: Una distensión muscular ocurre cuando un músculo se estira demasiado o se desgarra. Esto puede causar dolor, hinchazón y sensibilidad en el área afectada. Las distensiones musculares pueden ocurrir en la parte baja de la espalda debido a un levantamiento inadecuado, movimientos bruscos o uso excesivo de los músculos.
3. Esguinces: Los esguinces son lesiones de los ligamentos, las bandas resistentes de tejido que conectan los huesos. Pueden ocurrir en la zona lumbar debido a caídas, lesiones deportivas u otros eventos traumáticos. Los esguinces pueden causar dolor, hinchazón y sensibilidad en el área afectada.
4. Hernia de disco :Una hernia de disco ocurre cuando el centro blando y gelatinoso de un disco espinal sobresale a través de un desgarro en la capa exterior dura. Esto puede ejercer presión sobre los nervios cercanos y provocar dolor, entumecimiento y debilidad. Las hernias de disco pueden ocurrir en la parte baja de la espalda, lo que resulta en bultos o protuberancias dolorosas en esta región.
5. Quiste pilonidal :Un quiste pilonidal es un pequeño saco cubierto de piel que contiene pelo y desechos. Por lo general, se desarrolla en la parte superior del pliegue entre las nalgas. Los quistes pilonidales pueden infectarse e inflamarse, provocando dolor, hinchazón y drenaje.
6. Absceso: Un absceso es una acumulación de pus que se forma en respuesta a una infección. Puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, incluida la zona lumbar. Los abscesos suelen ser dolorosos, cálidos al tacto y inflamados.
Si experimenta bultos o protuberancias dolorosas en la parte baja de la espalda, es importante consultar a un médico para recibir diagnóstico y tratamiento. Su médico puede recomendar pruebas de imágenes, como una radiografía o una resonancia magnética, para determinar la causa del dolor. El tratamiento dependerá de la causa subyacente y puede incluir analgésicos, fisioterapia o cirugía.