No, no todos los tejidos del cuerpo reciben la misma cantidad de sangre todo el tiempo. El cuerpo regula el flujo sanguíneo para satisfacer las necesidades cambiantes de diferentes órganos y tejidos. Por ejemplo, durante el ejercicio, el flujo sanguíneo se desvía hacia los músculos para satisfacer las mayores demandas de oxígeno y nutrientes del tejido muscular. De manera similar, cuando digieres una comida, el flujo sanguíneo se desvía al sistema digestivo para ayudar con la absorción de nutrientes.