¿Cómo se contrae la anemia sideroblástica?
Frotis de sangre periférica: Se examina una muestra de sangre bajo un microscopio para buscar glóbulos rojos anormales. En la anemia sideroblástica, los glóbulos rojos pueden ser pequeños y pálidos y pueden contener depósitos de hierro.
Aspiración y biopsia de médula ósea: Se extrae una pequeña muestra de médula ósea del hueso de la cadera y se examina con un microscopio. Esta prueba puede mostrar la presencia de sideroblastos, que son precursores de glóbulos rojos que contienen depósitos de hierro.
Estudios sobre el hierro: Los análisis de sangre pueden medir los niveles de hierro en la sangre y el suero. En la anemia sideroblástica, el nivel de hierro sérico puede ser alto, mientras que las reservas de hierro en la médula ósea pueden ser bajas.
Pruebas genéticas: Las pruebas genéticas pueden identificar mutaciones en genes implicados en el metabolismo del hierro y la eritropoyesis (producción de glóbulos rojos). Estas mutaciones pueden causar anemia sideroblástica.
Un médico también puede ordenar otras pruebas, como pruebas de función hepática, para descartar otras afecciones que pueden causar anemia.