Una mujer suele tener dos copias de cada gen, al igual que los hombres. Esto se debe a que durante el desarrollo de los gametos (óvulos y espermatozoides), las células se dividen de una manera que garantiza que cada célula reciba una copia de cada gen. Por lo tanto, si existen genes para la coagulación de la sangre, una mujer tendría dos de esos genes, al igual que un hombre.
Sin embargo, es importante señalar que las mujeres pueden ser portadoras de ciertos trastornos genéticos que afectan la coagulación sanguínea, como la hemofilia, debido a la presencia de una copia mutada del gen en uno de sus cromosomas.