¿Cómo se conserva la sangre?
1. Refrigeración: La sangre entera o sus componentes se pueden almacenar a temperaturas refrigeradas (2-6°C) por períodos cortos, generalmente hasta 35 días. Este método ayuda a ralentizar los procesos metabólicos y preservar la viabilidad de los glóbulos rojos.
2. Aditivos: Se utilizan soluciones conservantes que contienen diversos aditivos para prolongar el período de almacenamiento de los componentes sanguíneos, en particular los glóbulos rojos. Estos aditivos incluyen dextrosa, adenina y otros nutrientes que apoyan el metabolismo energético y previenen el daño celular durante el almacenamiento.
3. Reducción de leucocitos: Los leucocitos (glóbulos blancos) pueden liberar sustancias nocivas durante el almacenamiento que pueden acortar la vida útil de los glóbulos rojos. Se pueden utilizar filtros de reducción de leucocitos o técnicas de centrifugación para eliminar una porción significativa de glóbulos blancos de la sangre, prolongando así el almacenamiento de glóbulos rojos.
4. Irradiación: La irradiación de componentes sanguíneos con radiación gamma puede prevenir la proliferación de linfocitos, que son tipos de glóbulos blancos que pueden provocar reacciones inmunitarias adversas en los receptores. La irradiación se realiza comúnmente en productos sanguíneos destinados a pacientes inmunocomprometidos o aquellos con riesgo de enfermedad de injerto contra huésped (EICH) relacionada con transfusiones.
5. Congelación de glicerol: Para la conservación a largo plazo, los componentes sanguíneos se pueden criopreservar utilizando glicerol como crioprotector. El glicerol ayuda a proteger las células del daño durante los procesos de congelación y descongelación. Los glóbulos rojos conservados mediante criopreservación se pueden almacenar a temperaturas ultrabajas (-80 °C o menos) durante varios años.
6. Fraccionamiento de plasma: El plasma, el componente líquido de la sangre, se puede separar en varias fracciones que contienen proteínas específicas y factores de coagulación. Estos derivados del plasma, como la albúmina, las inmunoglobulinas y los concentrados de factores de coagulación, pueden almacenarse y utilizarse con fines terapéuticos.
La recolección, el procesamiento, el almacenamiento y el transporte adecuados de la sangre son cruciales para garantizar la seguridad y eficacia de las transfusiones de sangre. Los bancos de sangre y los servicios de transfusión siguen estrictos protocolos y medidas de control de calidad para mantener la integridad y viabilidad de los productos sanguíneos durante toda su vida útil.