¿Por qué los huesos tienen una capa dura?

Los huesos tienen una capa dura, conocida como periostio, por varias razones importantes:

Protección: El periostio sirve como capa protectora para el tejido óseo subyacente. Protege la delicada médula ósea y las capas óseas internas de daños físicos, traumatismos e impactos externos.

Suministro de nutrientes: El periostio contiene numerosos vasos sanguíneos que suministran nutrientes vitales al hueso. Estos vasos sanguíneos aseguran que las células óseas reciban el oxígeno, los minerales y otros nutrientes necesarios para el crecimiento, la reparación y el mantenimiento.

Crecimiento y reparación ósea: El periostio juega un papel crucial en el crecimiento y la reparación de los huesos. Contiene células llamadas osteoblastos, que son responsables de formar tejido óseo nuevo. Durante el crecimiento óseo, los osteoblastos depositan nuevas capas de hueso en la superficie exterior, aumentando el tamaño del hueso. En caso de daño o fractura ósea, el periostio ayuda en el proceso de curación formando un callo, que es una masa de tejido conectivo que eventualmente se consolida en hueso nuevo.

Inserción de músculos y tendones: El periostio proporciona puntos de unión para músculos y tendones. Los músculos se unen al periostio a través de fibras de tejido conectivo, lo que permite la transmisión de fuerza durante las contracciones musculares. Esta disposición permite movimientos precisos y coordinados.

Percepción del dolor: El periostio está provisto de abundantes terminaciones nerviosas, lo que lo hace sensible al dolor. Cuando el periostio se lesiona o se somete a una tensión excesiva, puede provocar un dolor importante. Esta sensibilidad sirve como señal de alerta, incitando a las personas a tomar medidas para proteger y descansar la zona afectada.

En resumen, la capa dura del periostio de los huesos cumple múltiples funciones cruciales, incluida la protección, el suministro de nutrientes, el crecimiento y reparación de los huesos, la unión de músculos y tendones y la percepción del dolor. Su presencia asegura la integridad estructural, durabilidad y funcionalidad del sistema esquelético.