¿En qué se diferencian los huesos de un bebé de los tuyos?

1. Los huesos son más suaves y flexibles

Los huesos de un bebé recién nacido están hechos principalmente de cartílago, un tejido flexible y gomoso que gradualmente se endurece hasta convertirse en hueso durante la infancia. Esto permite que el bebé pase por el canal del parto sin causar daños a la madre.

2. Los huesos son más pequeños y ligeros

Los huesos de un bebé recién nacido son mucho más pequeños y ligeros que los de un adulto. Esto se debe a que los bebés tienen menos masa muscular y menos peso corporal total.

3. Los huesos tienen diferentes proporciones

Los huesos de un bebé recién nacido son proporcionalmente diferentes a los de un adulto. Por ejemplo, la cabeza de un bebé recién nacido es mucho más grande en proporción al resto del cuerpo que la cabeza de un adulto.

4. Los huesos son más susceptibles a sufrir lesiones

Los huesos de un bebé recién nacido son más susceptibles a sufrir lesiones porque son más suaves y flexibles. Por eso es importante manipular a los recién nacidos con cuidado y evitar que se caigan.

5. Los huesos crecen y se desarrollan rápidamente

Los huesos de un bebé recién nacido crecen y se desarrollan rápidamente durante los primeros años de vida. Este crecimiento es estimulado por la hormona del crecimiento, la somatotropina, que es producida por la glándula pituitaria.

Cuando un niño llega a la edad adulta, sus huesos habrán alcanzado su tamaño y densidad completos.