¿Qué mediciones de rutina pueden monitorear el sistema circulatorio?

Se pueden realizar varias mediciones de rutina para monitorear el sistema circulatorio y evaluar su salud. A continuación se muestran algunas medidas comunes:

1. Presión arterial: La presión arterial es una medida de la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Por lo general, se mide con un esfigmomanómetro y se expresa en milímetros de mercurio (mm Hg). La hipertensión, o presión arterial alta, es un factor de riesgo importante para diversas enfermedades cardiovasculares y se controla de forma rutinaria para garantizar que se mantenga dentro de un rango saludable.

2. Frecuencia cardíaca: La frecuencia cardíaca mide el número de veces que el corazón late por minuto. Se puede medir manualmente sintiendo el pulso o utilizando dispositivos electrónicos como un oxímetro de pulso o un reloj inteligente. Una frecuencia cardíaca saludable en reposo suele oscilar entre 60 y 100 latidos por minuto. Las frecuencias cardíacas anormales, como taquicardia (frecuencia cardíaca rápida) o bradicardia (frecuencia cardíaca lenta), pueden indicar problemas de salud subyacentes.

3. Saturación de oxígeno en sangre: La saturación de oxígeno en sangre, a menudo abreviada como SpO2, mide el porcentaje de oxígeno transportado por la hemoglobina en la sangre. Por lo general, se mide con un oxímetro de pulso, un pequeño dispositivo que se coloca en la punta del dedo o en el lóbulo de la oreja. Los niveles saludables de SpO2 generalmente están entre el 95% y el 100%. Los niveles bajos de SpO2, o hipoxemia, pueden ser un signo de problemas respiratorios u otras afecciones médicas.

4. Electrocardiograma (ECG): Un ECG es una prueba no invasiva que registra la actividad eléctrica del corazón. Proporciona información sobre el ritmo y la regularidad del corazón, así como sobre el funcionamiento del sistema eléctrico del corazón. Un ECG puede ayudar a detectar ritmos cardíacos anormales (arritmias), ataques cardíacos y otras afecciones relacionadas con el corazón.

5. Perfil lipídico: Un perfil de lípidos mide los niveles de diversas grasas en la sangre, incluido el colesterol total, el colesterol HDL (bueno), el colesterol LDL (malo) y los triglicéridos. Los niveles elevados de colesterol LDL y triglicéridos pueden contribuir al desarrollo de la aterosclerosis, que es el estrechamiento de las arterias. El seguimiento del perfil lipídico ayuda a identificar a las personas con riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y permite realizar intervenciones adecuadas.

6. Índice de masa corporal (IMC): Si bien no está directamente relacionado con el sistema circulatorio, el IMC es una medida útil para la salud general y puede proporcionar información sobre el riesgo cardiovascular. El IMC se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de su altura en metros. El sobrepeso o la obesidad pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Estas mediciones proporcionan información valiosa sobre el funcionamiento del sistema circulatorio y ayudan a los proveedores de atención médica a identificar posibles problemas o factores de riesgo. El monitoreo regular de estos parámetros es esencial para la atención preventiva, la detección temprana de enfermedades cardiovasculares y el manejo adecuado para mantener una buena salud cardíaca.