¿Cuál es el proceso de formación y rotura de huesos?
El proceso de remodelación ósea implica varios pasos:
1. Activación: Ciertos factores, como las hormonas, los factores de crecimiento y el estrés mecánico, pueden desencadenar la activación de los osteoclastos. Luego, los osteoclastos se adhieren a la superficie del hueso y secretan ácidos y enzimas que descomponen la matriz ósea vieja, creando pequeñas cavidades.
2. Reabsorción: Una vez que la antigua matriz ósea se ha descompuesto, los osteoclastos comienzan a reabsorber o digerir los fragmentos óseos y los componentes minerales, liberándolos al torrente sanguíneo. Esta fase de remodelación ósea se llama reabsorción.
3. Reversión: Después de la fase de resorción, hay una breve fase de reversión en la que los osteoclastos sufren apoptosis (muerte celular programada) y la superficie del hueso se cubre con una capa de tejido conectivo nuevo. Este tejido contiene vasos sanguíneos y células progenitoras que se diferenciarán en nuevas células formadoras de hueso.
4. Formación: Los osteoblastos, las células formadoras de hueso, son reclutados en el sitio de resorción y comienzan a formar nueva matriz ósea, compuesta de fibras de colágeno, proteínas y minerales (principalmente calcio y fósforo). La nueva matriz se mineraliza gradualmente, volviéndose dura y fuerte.
5. Mineralización: A medida que los osteoblastos depositan la matriz ósea, ésta sufre un proceso de mineralización. Los iones de calcio y fosfato se depositan en la matriz, formando cristales de hidroxiapatita, el principal componente mineral del hueso. Este proceso de mineralización le da al hueso su rigidez y fuerza.
El ciclo de remodelación ósea es continuo y normalmente tarda entre 4 y 6 meses en completarse. Está regulado por diversos factores hormonales y mecánicos para garantizar la homeostasis ósea, mantener la integridad esquelética y adaptarse a las demandas cambiantes del esqueleto.