Por lo general, la madera de cerezo es segura para quemar en la chimenea, aunque se deben tomar algunas precauciones. Si bien producen un aroma agradable y cantidades relativamente menores de creosota, las maderas frutales como la cereza ocasionalmente pueden explotar o chisporrotear. Por seguridad, utilice leña de cerezo sazonada que se haya secado durante más de un año para limitar posibles llamaradas.