El tipo de radiación que puede detenerse con ropa protectora y una máscara, pero que aún puede dañar la piel y producir quemaduras similares a las térmicas, es la radiación ionizante. Esto incluye rayos X, rayos gamma y radiación de partículas de alta energía, como las partículas alfa y beta. Si bien la ropa protectora y las máscaras pueden proteger contra cierta radiación, estas formas de alta energía pueden atravesar barreras e interactuar con los tejidos biológicos, causando daño celular e incluso quemaduras en la piel. La exposición a la radiación ionizante sin una protección adecuada puede tener efectos graves para la salud, incluido el síndrome de radiación aguda, daños en la piel e incluso complicaciones a largo plazo, como cánceres inducidos por la radiación.