La infección ocular por clamidia se llama tracoma. Si no se tratan, las infecciones repetidas durante un período de años pueden provocar cicatrices en la superficie del ojo y volverse opaca, lo que lleva a una ceguera parcial o total. Sin embargo, si se trata con antibióticos en las primeras etapas de la infección, el tracoma a menudo se puede curar, evitando así daños mayores.