¿Cómo aumenta el alcohol la sensibilidad a la insulina?

El alcohol tiene efectos bifásicos sobre la sensibilidad a la insulina. El consumo agudo moderado de alcohol (alrededor de 1 o 2 tragos estándar) puede aumentar transitoriamente la sensibilidad a la insulina, mientras que el consumo excesivo crónico de alcohol (más de 3 tragos al día para las mujeres y 4 tragos al día para los hombres) puede provocar resistencia a la insulina.

El consumo agudo moderado de alcohol puede mejorar la sensibilidad a la insulina al:

- Incrementar la secreción de insulina estimulando la liberación de insulina de las células beta pancreáticas.

- Inhibir la actividad del glucagón, hormona que se opone a los efectos de la insulina.

- Promover la captación de glucosa en las células musculares y grasas mediante la activación de las vías de señalización de la insulina.

Sin embargo, el consumo excesivo crónico de alcohol afecta la sensibilidad a la insulina y puede contribuir al desarrollo de diabetes tipo 2. Esto se debe a que el alcohol puede provocar daño celular, estrés oxidativo e inflamación, todo lo cual puede provocar resistencia a la insulina. Además, el consumo crónico de alcohol puede alterar la composición de la microbiota intestinal, lo que también puede afectar la sensibilidad a la insulina.

Por lo tanto, si bien el consumo agudo moderado de alcohol puede tener algunos efectos beneficiosos sobre la sensibilidad a la insulina, el consumo excesivo crónico de alcohol es perjudicial y debe evitarse. Las personas con diabetes o con riesgo de diabetes deben tener especial cuidado con el consumo de alcohol y deben consultar con su médico antes de consumir alcohol.