La primera evidencia de amputación se remonta al Neolítico, alrededor del año 10.000 a. C., cuando los pueblos prehistóricos utilizaban toscas herramientas de piedra para extirpar extremidades. Sin embargo, no fue hasta el siglo VI a. C. que el médico griego Alcmeón de Crotona desarrolló un método de amputación más sofisticado utilizando una sierra y cauterización para prevenir el sangrado.