¿Cómo se diagnostica el pectus excavatum?

El pectus excavatum generalmente se diagnostica basándose en una combinación de examen físico, historial médico y estudios de imágenes. Estos son los pasos necesarios para diagnosticar el pectus excavatum:

1. Examen físico:

- El médico inspeccionará visualmente el tórax para buscar una apariencia hundida o hundida.

- Utilizarán sus manos para sentir la forma y profundidad de la depresión en el pecho.

- El médico también puede medir el índice de Haller, que es una relación utilizada para evaluar la gravedad del pectus excavatum en función de la profundidad de la depresión.

2. Historial Médico:

- El médico preguntará sobre los síntomas de la persona, como dolor en el pecho, dificultad para respirar, intolerancia al ejercicio o cualquier problema respiratorio.

- También preguntarán sobre cualquier condición médica subyacente o antecedentes familiares de pectus excavatum.

3. Estudios de Imagenología:

- Se pueden solicitar estudios de imagen, como una radiografía de tórax o una tomografía computarizada, para confirmar el diagnóstico y evaluar el alcance de la deformidad.

- Estas imágenes pueden proporcionar información detallada sobre la forma y profundidad de la depresión, así como cualquier anomalía asociada en el corazón, los pulmones u otras estructuras del tórax.

Con base en los hallazgos del examen físico, el historial médico y los estudios de imágenes, el médico puede hacer un diagnóstico definitivo de pectus excavatum y determinar las opciones de tratamiento adecuadas. En algunos casos, pueden ser necesarias pruebas adicionales, como pruebas de función pulmonar o ecocardiogramas, para evaluar el impacto de la deformidad en la función cardíaca y pulmonar.