Cómo lo afecta el alcohol y cómo lo trata
Deterioro del juicio y la toma de decisiones: El alcohol afecta la corteza prefrontal del cerebro, que es responsable de funciones ejecutivas como la toma de decisiones, la planificación y el control de los impulsos. Esto puede llevar a comportamientos riesgosos, como conducir en estado de ebriedad, tener relaciones sexuales sin protección y pelear.
Dificultad para hablar y problemas de coordinación: El alcohol daña el cerebelo, que es responsable de la coordinación y el equilibrio. Esto puede provocar problemas para caminar, hablar y otras habilidades motoras.
Náuseas y vómitos: El alcohol puede irritar el revestimiento del estómago y provocar náuseas y vómitos.
Deshidratación: El alcohol es un diurético, lo que significa que hace que el cuerpo pierda líquidos. Esto puede provocar deshidratación y otros problemas de salud, como dolores de cabeza, fatiga y estreñimiento.
Apagones: El alcohol puede provocar desmayos, que son períodos de pérdida de memoria que ocurren después de beber en exceso. Los apagones pueden durar unos minutos o varias horas.
Los efectos a largo plazo del alcohol incluyen:
Daño hepático: El alcohol puede dañar el hígado y provocar afecciones como cirrosis e insuficiencia hepática.
Enfermedad cardíaca: El alcohol puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Cáncer: El alcohol puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer, incluidos el cáncer oral, el cáncer de esófago y el cáncer de mama.
Daño cerebral: El alcohol puede dañar el cerebro y provocar enfermedades como la demencia y el síndrome de Wernicke-Korsakoff.
Adicción al alcohol: El alcohol es adictivo y las personas que beben en exceso corren el riesgo de desarrollar adicción al alcohol.
Hay varios tratamientos disponibles para la adicción al alcohol, que incluyen:
Terapia: La terapia puede ayudar a las personas a comprender su adicción y desarrollar mecanismos de afrontamiento para afrontar los desafíos de la sobriedad.
Medicamentos: Los medicamentos, como la naltrexona y el acamprosato, pueden ayudar a reducir el deseo de beber alcohol y prevenir recaídas.
Grupos de apoyo: Los grupos de apoyo, como Alcohólicos Anónimos (AA) y SMART Recovery, pueden proporcionar a las personas una red de amigos y mentores sobrios que pueden ofrecer apoyo y orientación.
Si le preocupa su forma de beber, hable con un profesional de la salud. Hay ayuda disponible.