¿Por qué ambas orejas se ponen rojas y calientes?
1. Infección :Las infecciones del oído, como la otitis externa o la otitis media, pueden provocar inflamación, enrojecimiento y calor en los oídos. Los síntomas también pueden incluir dolor, hinchazón, secreción del oído y pérdida de audición.
2. Alergias :Las reacciones alérgicas pueden hacer que el cuerpo libere histamina, lo que puede provocar inflamación y enrojecimiento en varias partes del cuerpo, incluidos los oídos. Si tiene alergia a determinadas sustancias, como el polen, el polvo o los alimentos, la exposición a estos alérgenos puede desencadenar síntomas como oídos rojos y calientes, además de estornudos, secreción nasal y ojos llorosos.
3. Afecciones de la piel :Ciertas afecciones de la piel, como el eczema o la psoriasis, pueden afectar la piel de las orejas y alrededor de ellas, provocando enrojecimiento, picazón e inflamación. La psoriasis, en particular, puede provocar manchas rojas y escamosas en la piel.
4. Quemaduras solares :La exposición prolongada al sol sin la protección adecuada puede provocar quemaduras solares, que pueden afectar los oídos y provocar que se pongan rojos y calientes. Las quemaduras solares también pueden causar dolor y ampollas.
5. Respuesta vasovagal :Una respuesta vasovagal, también conocida como síncope neurocardiógeno, puede provocar una caída de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que provoca síntomas como mareos, desmayos y enrojecimiento de la cara y los oídos. Esto puede ocurrir en respuesta a desencadenantes como el estrés, la ansiedad o ciertas condiciones médicas.
6. Menopausia :Los cambios hormonales durante la menopausia pueden provocar sofocos, que son episodios de calor y sudoración repentinos. Los sofocos también pueden ir acompañados de enrojecimiento en la cara y los oídos.
Si tiene orejas enrojecidas y calientes y le preocupa la causa, es importante consultar a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. Pueden evaluar sus síntomas y determinar la causa subyacente, asegurando que reciba la atención y el manejo adecuados para su afección.