¿Qué es el glaucoma de recesión de ángulo?

El glaucoma de recesión de ángulo (ARG) es un tipo de glaucoma de ángulo abierto en el que el ángulo entre el iris y la córnea se amplía gradualmente. Este ensanchamiento del ángulo hace que el iris se separe de la córnea, lo que puede provocar daño al nervio óptico y pérdida de la visión.

ARG es una enfermedad crónica y progresiva, lo que significa que empeora con el tiempo. Por lo general, se diagnostica en personas mayores de 40 años, pero también puede ocurrir en personas más jóvenes.

Síntomas de ARG

En las primeras etapas, ARG generalmente no causa ningún síntoma. A medida que avanza la enfermedad, los síntomas pueden incluir:

- Visión borrosa

- Puntos ciegos irregulares en la visión periférica (visión lateral)

- Dolor o malestar en los ojos.

- dolores de cabeza

- Sensibilidad a la luz

Tratamiento de la ARG

El tratamiento para ARG tiene como objetivo frenar la progresión de la enfermedad y prevenir la pérdida de visión. Las opciones de tratamiento pueden incluir:

- Gotas para los ojos para reducir la presión ocular.

- Cirugía láser para ampliar el ángulo entre el iris y la córnea.

- Cirugía tradicional para crear una nueva vía de drenaje para que el líquido salga del ojo.

Prevención de ARG

No existe una forma segura de prevenir la ARG, pero hay algunas cosas que puede hacer para reducir su riesgo, como:

- Controlar tu presión arterial. La presión arterial alta es un factor de riesgo para ARG.

- Hacer ejercicio con regularidad. El ejercicio puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar la salud general.

- Llevar una dieta saludable. Una dieta rica en frutas, verduras y cereales integrales puede ayudar a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como la ARG.

- Dejar de fumar. Fumar puede dañar el nervio óptico y aumentar el riesgo de ARG.

- Hacerse exámenes oculares periódicos. El diagnóstico y tratamiento tempranos de ARG pueden ayudar a prevenir la pérdida de visión.

Si tiene alguno de los síntomas de ARG, es importante consultar a un oftalmólogo de inmediato. El diagnóstico y el tratamiento tempranos pueden ayudar a prevenir la pérdida de la visión.