Las metanfetaminas pueden hacer que la parte blanca de los ojos se vuelva amarilla debido a una afección llamada ictericia. La ictericia ocurre cuando hay una acumulación de bilirrubina, un pigmento amarillo que se produce cuando se descomponen los glóbulos rojos. Las metanfetaminas pueden dañar el hígado, que es responsable de procesar la bilirrubina, lo que provoca una acumulación de bilirrubina en la sangre y el consiguiente color amarillento de los ojos.