¿Qué tan rápido ocurre la pérdida de visión?

La pérdida de visión puede ocurrir a diferentes ritmos según la causa subyacente. Algunas afecciones pueden causar una pérdida de visión repentina y grave, mientras que otras pueden progresar gradualmente con el tiempo. A continuación se muestran algunos ejemplos:

1. Pérdida repentina de la visión:

- Desprendimiento de retina:Se trata de una afección grave en la que la retina, la capa sensible a la luz situada en la parte posterior del ojo, se separa de su soporte subyacente. Puede provocar moscas volantes repentinas, destellos de luz y una sombra similar a una cortina sobre el campo de visión.

- Agujero macular:Un agujero macular es una pequeña rotura en la mácula, la parte central de la retina responsable de la visión central nítida. Puede causar visión borrosa o distorsionada repentina, especialmente cuando se mira al frente.

- Daño al nervio óptico:El daño severo al nervio óptico, que transmite información visual desde el ojo al cerebro, puede causar una pérdida repentina y significativa de la visión. Esto puede ocurrir debido a traumatismos, infecciones o ciertas afecciones neurológicas.

2. Pérdida gradual de la visión:

- Degeneración macular relacionada con la edad (DMAE):la DMAE es una afección ocular común que afecta a los adultos mayores. Daña gradualmente la mácula, provocando una pérdida progresiva de la visión central.

- Glaucoma:El glaucoma es un grupo de afecciones oculares que dañan el nervio óptico. Por lo general, progresa lentamente, causando pérdida de la visión periférica (lateral) en las primeras etapas y potencialmente provocando una pérdida grave de la visión si no se trata.

- Retinopatía diabética:La retinopatía diabética es una complicación de la diabetes que afecta a los vasos sanguíneos de la retina. Puede provocar cambios graduales en la visión, como visión borrosa, moscas volantes, manchas oscuras o cambios en la percepción del color.

- Cataratas:Las cataratas son una opacidad del cristalino del ojo. Por lo general, se desarrollan con el tiempo y pueden causar borrosidad gradual, deslumbramiento, dificultad con la visión nocturna y colores descoloridos.

Es importante tener en cuenta que la progresión de la pérdida de la visión puede variar significativamente de una persona a otra, incluso con la misma afección. La detección temprana y el tratamiento adecuado de las afecciones oculares subyacentes pueden ayudar a retardar o prevenir una mayor pérdida de visión. Si experimenta cambios repentinos en la visión o cualquier síntoma preocupante, busque atención médica inmediata de un oculista.