¿Cómo se hacen las radiografías de la entrada torácica?

Radiografías de la entrada torácica , también conocida como radiografía de salida cervicotorácica , son una serie de imágenes de diagnóstico que se utilizan para evaluar la posición de las estructuras óseas y de tejido blando en la salida torácica, que es el área entre la base del cuello y la parte superior del tórax. Estas radiografías ayudan a identificar anomalías como la compresión o el estrechamiento que pueden causar el síndrome de salida torácica (TOS).

A continuación se ofrece una descripción general de cómo se realizan normalmente las radiografías de la entrada torácica:

1. Preparación para rayos X:

- Se le puede pedir al individuo que se quite cualquier joya o ropa que pueda interferir con el proceso de rayos X.

2. Posicionamiento:

- La persona está de pie con la espalda apoyada en una máquina de rayos X en posición vertical.

- El técnico de rayos X les indicará que giren la cabeza y el cuello en ángulos específicos para capturar las vistas requeridas.

3. Proyección de rayos X:

- El haz de rayos X se enfoca y centra sobre la región de salida torácica.

- Se pueden tomar múltiples vistas de rayos X, que incluyen:

- Vista anteroposterior (AP): El haz de rayos X se proyecta de adelante hacia atrás.

- Vistas oblicuas: El haz se proyecta desde una posición en ángulo para proporcionar una perspectiva diferente de la salida torácica.

4. Captura de imagen:

- A medida que el haz de rayos X atraviesa el cuerpo, el técnico opera la máquina de rayos X para capturar las imágenes.

- Las radiografías se registran en una película especial de rayos X o en detectores digitales, lo que genera imágenes de las estructuras de salida torácica y la anatomía circundante.

5. Revisión de imagen:

- Después de capturar las radiografías, el radiólogo o médico intérprete evalúa las imágenes para detectar cualquier anomalía.

Las radiografías de la entrada torácica permiten una evaluación integral de las relaciones anatómicas dentro de la salida torácica, incluida la posición de los huesos (p. ej., columna cervical, costillas y esternón), músculos y otros tejidos blandos. Las imágenes pueden revelar diversos problemas, como compresión de vasos sanguíneos o nervios, presencia de costillas adicionales u otras anomalías estructurales que pueden estar contribuyendo a los síntomas de TOS.

Es importante tener en cuenta que, si bien los rayos X brindan información valiosa, es posible que se necesiten pruebas de imágenes o procedimientos de diagnóstico adicionales para confirmar el diagnóstico y determinar el curso de tratamiento adecuado para el síndrome de salida torácica.