¿Qué quiere decir un médico con placenta posterior?
Una placenta posterior no suele ser motivo de preocupación y no afecta la salud de la madre ni del bebé. Sin embargo, puede hacer que al médico o a la partera le resulte más difícil sentir los movimientos del bebé durante el embarazo. Esto se debe a que la placenta actúa como un cojín, absorbiendo parte de la fuerza de las patadas y puñetazos del bebé.
Además, una placenta posterior a veces puede causar dolor de espalda durante el embarazo. Esto se debe a que la placenta puede ejercer presión sobre los nervios de la espalda.
Si tiene una placenta posterior, su médico o partera pueden recomendarle que realice visitas prenatales más frecuentes para que puedan controlar el crecimiento y desarrollo del bebé. También pueden recomendarle que evite ciertas actividades que podrían ejercer presión sobre su espalda, como levantar objetos pesados o estar de pie durante largos períodos de tiempo.