En general, los médicos no pueden saber si una persona ha perdido la virginidad mediante un examen físico o cualquier prueba médica. La presencia del himen, una fina membrana que cubre parcialmente la abertura de la vagina, no es un indicador confiable de virginidad ya que su presencia o ausencia puede variar debido a factores como la genética, la actividad física o el trauma. Además, la actividad sexual no necesariamente conduce a cambios visibles en el himen o el sistema reproductivo. Por lo tanto, los médicos no pueden determinar definitivamente si alguien ha perdido la virginidad basándose únicamente en exámenes físicos.