¿Cómo se ve afectada la temperatura corporal por un infarto?

Durante un ataque cardíaco, el músculo cardíaco se ve privado de sangre rica en oxígeno, lo que provoca daño tisular y una disminución del gasto cardíaco. Esto puede provocar una caída de la temperatura corporal, conocida como hipotermia. El rango de temperatura normal del cuerpo está entre 36,5°C y 37,5°C, y la hipotermia ocurre cuando la temperatura corporal cae por debajo de 35°C.

Varios factores contribuyen a la disminución de la temperatura corporal durante un ataque cardíaco:

Circulación deteriorada:un ataque cardíaco obstruye el flujo sanguíneo al músculo cardíaco y reduce la eficiencia general de bombeo del corazón. Esto conduce a una disminución en la circulación de sangre caliente por todo el cuerpo, lo que resulta en una caída de la temperatura corporal.

Vasoconstricción periférica:en respuesta a la reducción del flujo sanguíneo, el cuerpo inicia una vasoconstricción periférica, que es el estrechamiento de los vasos sanguíneos en las extremidades. Esta constricción redirige el flujo sanguíneo a los órganos vitales, pero también contribuye a la disminución de la temperatura de la piel, favoreciendo aún más la pérdida de calor.

Actividad metabólica reducida:el músculo cardíaco dañado ha disminuido la producción de energía, lo que lleva a una reducción de la actividad metabólica. Esto da como resultado que el cuerpo genere menos calor, lo que contribuye a la caída general de la temperatura corporal.

En casos graves de ataque cardíaco, el cuerpo puede tener dificultades para mantener su temperatura y puede desarrollarse hipotermia. La hipotermia puede empeorar aún más la situación al provocar anomalías en la conducción eléctrica del corazón, lo que podría provocar arritmias y complicaciones adicionales.

Por lo tanto, controlar la temperatura corporal durante y después de un ataque cardíaco es crucial para evaluar el estado general del paciente, detectar complicaciones como la hipotermia y guiar las intervenciones médicas adecuadas.