¿Qué te afecta en un infarto?

Durante un ataque cardíaco, varios aspectos del cuerpo se ven afectados, particularmente el corazón y el flujo sanguíneo. Aquí hay algunos factores que se ven afectados:

- Músculo cardíaco: La acumulación de placa en las arterias coronarias (los vasos que suministran sangre al corazón) puede provocar una obstrucción y reducir el flujo sanguíneo al músculo cardíaco. Esta privación de oxígeno causa daño e incluso la muerte de las células del músculo cardíaco, lo que resulta en un ataque cardíaco.

- Flujo sanguíneo: La reducción del flujo sanguíneo debido a una arteria bloqueada restringe el suministro de oxígeno y nutrientes al músculo cardíaco. La zona afectada recibe menos oxígeno, provocando isquemia (falta de riego sanguíneo adecuado), que se manifiesta como dolor en el pecho.

- Dolor de pecho: Este suele ser el síntoma más notable de un ataque cardíaco. El dolor en el pecho generalmente dura varios minutos y puede sentirse como presión, opresión o opresión incómoda. El dolor puede extenderse a la mandíbula, el cuello, el brazo o la espalda.

- Dificultad para respirar: Como el corazón no puede bombear sangre de manera eficaz, puede provocar una acumulación de líquido en los pulmones, lo que provoca dificultad para respirar. La dificultad para respirar y la sensación de asfixia son síntomas comunes durante un ataque cardíaco.

- Otros síntomas: Los síntomas adicionales pueden incluir sudoración profusa, náuseas, vómitos, aturdimiento, mareos, debilidad, fatiga, palpitaciones (latidos cardíacos rápidos o irregulares), desmayos, ansiedad y una sensación de muerte inminente.

Durante un ataque cardíaco, la interrupción del flujo sanguíneo afecta la capacidad del corazón para funcionar correctamente, comprometiendo su acción de bombeo y provocando daños en los tejidos y posibles consecuencias potencialmente mortales. Por lo tanto, buscar atención médica inmediata es fundamental, especialmente si se experimenta alguno de estos síntomas.