Durante el ataque cardíaco, las células del músculo cardíaco se ven privadas de su suministro de sangre, pero las aurículas siguen recibiendo sangre. ¿Por qué?

Las arterias coronarias suministran sangre al músculo cardíaco, mientras que las arterias pulmonares suministran sangre a los pulmones. Durante un ataque cardíaco, una obstrucción en las arterias coronarias puede cortar el flujo sanguíneo al músculo cardíaco, pero las arterias pulmonares seguirán suministrando sangre a los pulmones. Esto se debe a que las arterias pulmonares no están conectadas con las arterias coronarias.

La circulación pulmonar es un sistema separado de la circulación sistémica. La circulación sistémica es el sistema de vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón al cuerpo y de regreso al corazón. La circulación pulmonar es el sistema de vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón a los pulmones y de regreso al corazón.

Durante un ataque cardíaco, la obstrucción de las arterias coronarias puede hacer que el corazón deje de bombear sangre de manera efectiva. Esto puede provocar una acumulación de presión en la aurícula izquierda, lo que puede provocar que el líquido se filtre hacia los pulmones. Esta condición se llama edema pulmonar.

El edema pulmonar puede dificultar la respiración y puede poner en peligro la vida. Si experimenta síntomas de edema pulmonar, como dificultad para respirar, dolor en el pecho o tos con esputo rosado y espumoso, debe buscar atención médica de inmediato.