En la ictericia, los niveles elevados de sales biliares en la sangre se depositan en la piel, provocando prurito. Las sales biliares estimulan las terminaciones nerviosas sensoriales de la piel y provocan picazón. Además, la acumulación de pigmentos biliares en la piel puede provocar sequedad cutánea, lo que agrava aún más la picazón.