¿Qué es una reacción hemolítica a la transfusión de sangre?
El sistema inmunológico produce anticuerpos contra estos antígenos extraños, que se unen a los glóbulos rojos transfundidos y los destruyen, lo que provoca hemólisis (la descomposición de los glóbulos rojos). Este proceso puede causar una variedad de síntomas, que incluyen:
- Fiebre
- Escalofríos
- Náuseas
- Vómitos
- Presión arterial baja
- Ritmo cardíaco rápido
- Dificultad para respirar
- Confusión
- Orina oscura o roja
- Ictericia (coloración amarillenta de la piel y el blanco de los ojos)
- Hemoglobinuria (hemoglobina en la orina)
En casos graves, una reacción hemolítica puede provocar insuficiencia renal, coagulación intravascular diseminada (un trastorno de la coagulación generalizado) e incluso la muerte.
Para prevenir reacciones hemolíticas, las transfusiones de sangre se combinan cuidadosamente según el grupo sanguíneo ABO y la compatibilidad del factor Rh entre el donante y el receptor. Los bancos de sangre realizan pruebas rigurosas para garantizar que la sangre transfundida sea compatible con el tipo de sangre del receptor y que no haya anticuerpos inesperados que puedan provocar una reacción.
Si un paciente experimenta síntomas durante o poco después de una transfusión de sangre que sugieran una reacción hemolítica, la transfusión debe suspenderse inmediatamente y el paciente debe ser monitoreado y tratado de cerca por profesionales de la salud.