El tipo de vaso sanguíneo que es más propenso a perder su elasticidad provocando una decoloración que se puede observar externamente es el capilar. Los capilares son los vasos sanguíneos más pequeños del cuerpo y son responsables del intercambio de oxígeno y dióxido de carbono entre la sangre y los tejidos circundantes. Son muy finos y frágiles, y pueden dañarse fácilmente o perder su elasticidad. Cuando esto sucede, pueden filtrar sangre o líquido, lo que puede provocar una decoloración de la piel. Esto se ve a menudo en afecciones como arañas vasculares, rosácea y hematomas.