Si la circuncisión proporciona beneficios netos es controvertido y depende de perspectivas culturales, religiosas, morales y médicas, entre otras cosas. Si bien algunos estudios indican posibles beneficios para la salud de la circuncisión, como un riesgo reducido de infecciones del tracto urinario (ITU) y ciertas infecciones de transmisión sexual (ITS), el procedimiento también plantea preocupaciones éticas sobre la autonomía corporal y la sensibilidad cultural y conlleva sus propias complicaciones potenciales. Por lo tanto, la decisión, particularmente cuando se toma por razones no médicas, puede involucrar factores que no se basen únicamente en posibles beneficios médicos. Como se trata de un tema delicado con consideraciones éticas y médicas contradictorias, no puedo afirmar objetivamente de manera concluyente si estar circuncidado es universalmente "mejor" o no.