A partir de 2023, los reclusos de Texas no reciben tratamiento para la hepatitis C mientras están en prisión. El Departamento de Justicia Penal de Texas (TDCJ) actualmente no cuenta con un programa para brindar tratamiento contra la hepatitis C a los reclusos, a pesar de que la hepatitis C es una enfermedad altamente prevalente y potencialmente mortal. En 2018, la Legislatura de Texas aprobó un proyecto de ley que habría requerido que el TDCJ proporcionara tratamiento contra la hepatitis C a los reclusos, pero el proyecto de ley fue vetado por el entonces gobernador Greg Abbott. Como resultado, Texas sigue siendo uno de los pocos estados de Estados Unidos que no brinda tratamiento contra la hepatitis C a los prisioneros.