¿La presión arterial alta causa un problema en los órganos?
1. Corazón: La presión arterial alta ejerce una presión adicional sobre el corazón, lo que hace que trabaje más y de manera menos eficiente. Con el tiempo, esto puede provocar insuficiencia cardíaca, en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo.
2. Vasos sanguíneos: El aumento de presión en las arterias puede dañar y debilitar las paredes de los vasos sanguíneos, provocando afecciones como la aterosclerosis (endurecimiento de las arterias). Este estrechamiento y endurecimiento de las arterias puede restringir el flujo sanguíneo a órganos vitales, aumentando el riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular y enfermedad arterial periférica (EAP).
3. Cerebro: La hipertensión puede dañar los vasos sanguíneos del cerebro, aumentando el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares. Los accidentes cerebrovasculares ocurren cuando se interrumpe el suministro de sangre a una parte del cerebro, lo que causa daño al tejido cerebral. La presión arterial alta también puede provocar deterioro cognitivo y demencia a largo plazo.
4. Riñones: Los riñones son responsables de filtrar los productos de desecho de la sangre y regular la presión arterial. La presión arterial alta puede dañar los delicados vasos sanguíneos de los riñones, perjudicando su función y potencialmente provocando enfermedades renales e incluso insuficiencia renal.
5. Ojos: La presión arterial alta puede dañar los pequeños vasos sanguíneos de la retina (el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo), lo que provoca una afección llamada retinopatía hipertensiva. Si es grave, puede provocar pérdida de la visión.
6. Disfunción sexual: En los hombres, la presión arterial alta puede contribuir a la disfunción eréctil, mientras que en las mujeres puede afectar la excitación y la satisfacción sexual.
Es importante controlar la presión arterial mediante cambios en el estilo de vida, como mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, reducir el consumo de sal, dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol. Si los cambios en el estilo de vida por sí solos no son suficientes, un profesional de la salud puede recetar medicamentos para controlar la presión arterial alta y reducir el riesgo de complicaciones.