¿Cómo afecta el ácido láctico al tamaño de los vasos sanguíneos?
1. Activación de los receptores TRPV1:el ácido láctico puede activar directamente los receptores transitorios de potencial vanilloide 1 (TRPV1), que son canales iónicos expresados en las células del músculo liso de los vasos sanguíneos. Cuando se activan, los receptores TRPV1 permiten la entrada de iones de calcio y sodio a las células, lo que provoca relajación y vasodilatación del músculo liso.
2. Inhibición de los canales de potasio dependientes de voltaje:el ácido láctico puede inhibir los canales de potasio dependientes de voltaje (Kv) en las células del músculo liso vascular. Los canales Kv son responsables de mantener el potencial de membrana en reposo de las células. Al bloquear estos canales, el ácido láctico previene la salida de iones de potasio y provoca la despolarización de la membrana. Esta despolarización conduce a un aumento del influjo de calcio a través de canales de calcio dependientes de voltaje, lo que produce contracción del músculo liso y vasoconstricción. Sin embargo, en concentraciones más altas, el ácido láctico puede revertir este efecto e inducir vasodilatación. Se cree que esta respuesta bifásica implica mecanismos adicionales más allá de la inhibición del canal Kv.
3. Activación de la óxido nítrico sintasa endotelial (eNOS):el ácido láctico puede estimular la liberación de óxido nítrico (NO) del endotelio, el revestimiento interno de los vasos sanguíneos. El NO es un potente vasodilatador que relaja las células del músculo liso vascular al aumentar la producción de monofosfato de guanosina cíclico (cGMP). Los niveles elevados de cGMP conducen a una disminución de las concentraciones de calcio intracelular, relajación del músculo liso y vasodilatación.
4. Modulación de la actividad nerviosa simpática:el ácido láctico también puede afectar indirectamente el tamaño de los vasos sanguíneos al modular la actividad nerviosa simpática. La estimulación del nervio simpático generalmente causa vasoconstricción. El ácido láctico puede inhibir la actividad nerviosa simpática, reduciendo el tono vasoconstrictor y promoviendo la vasodilatación.
Vale la pena señalar que los efectos del ácido láctico sobre el tamaño de los vasos sanguíneos pueden variar según la concentración, el entorno del tejido local y las condiciones fisiológicas generales. En algunos casos, el ácido láctico puede tener efectos vasodilatadores y vasoconstrictores, y el resultado neto puede depender del equilibrio de estas influencias opuestas.