¿Qué interviene en la programación de los linfocitos T?
1. Generación de precursores de células T:
El desarrollo de células T se inicia en la médula ósea con la generación de células madre hematopoyéticas (HSC). Estas HSC se diferencian en progenitores linfoides comunes (CLP) y luego en progenitores tempranos de células T (ETP). Las ETP migran al timo, donde continúa el desarrollo de las células T.
2. Selección positiva y negativa:
En el timo, las células T pasan por un proceso llamado selección positiva y negativa. Durante la selección positiva, se permite que las células T que expresan receptores de células T (TCR) con suficiente afinidad por las moléculas de MHC propia sobrevivan y maduren. Las células T que no interactúan con las moléculas propias del MHC sufren muerte celular.
La selección negativa elimina las células T que reaccionan fuertemente a los autoantígenos, previniendo la autoinmunidad. Esto ocurre cuando las células T en desarrollo encuentran autoantígenos presentados por las células epiteliales del timo medular (mTEC) y las células epiteliales del timo cortical (cTEC). Las células T que se unen con demasiada fuerza a los autoantígenos se eliminan para garantizar la autotolerancia.
3. Maduración Funcional:
Una vez que las células T han pasado la selección positiva y negativa, se someten a maduración funcional. Este proceso implica la adquisición de funciones efectoras como la producción de citocinas, citotoxicidad y la capacidad de proliferar en respuesta a antígenos específicos.
4. Activación de células T:
Las células T maduras circulan por todo el cuerpo y se activan al encontrar su antígeno específico presentado por las células presentadoras de antígenos (APC). La activación implica el reconocimiento del antígeno por el TCR y la unión de moléculas coestimuladoras, como CD28 y B7, en la célula T y APC, respectivamente.
5. Función efectora y formación de la memoria:
Las células T activadas se diferencian en células T efectoras, que pueden eliminar las células infectadas o producir citocinas para regular las respuestas inmunitarias. Algunas células T también se convierten en células T de memoria, que proporcionan inmunidad a largo plazo contra patógenos específicos.
La programación de los linfocitos T es un proceso crucial para el desarrollo de un sistema inmunológico funcional y autotolerante. Garantiza que las células T puedan responder eficazmente a antígenos extraños y al mismo tiempo les impide atacar los propios tejidos. La desregulación de la programación de las células T puede provocar inmunodeficiencia o enfermedades autoinmunes.