¿Cómo interactúa el agente infeccioso con el cuerpo para producir los síntomas de la fiebre amarilla?
Una vez que el virus ingresa al cuerpo, se replica en las células del hígado, causando daño y provocando la liberación de mediadores inflamatorios. Estos mediadores provocan fiebre, escalofríos, dolores de cabeza, dolores musculares, náuseas y vómitos. En casos graves, el virus también puede dañar los riñones, el corazón y el cerebro, provocando ictericia, hemorragia y, en última instancia, la muerte.
El período de incubación de la fiebre amarilla suele ser de 3 a 6 días. Los síntomas suelen desarrollarse en dos fases. La primera fase, conocida como "fase aguda", dura de 3 a 4 días y se caracteriza por los síntomas mencionados anteriormente. La segunda fase, conocida como "fase tóxica", ocurre en aproximadamente el 15% de los casos y se caracteriza por síntomas más graves, que incluyen ictericia, hemorragia e insuficiencia orgánica.
El virus de la fiebre amarilla también puede causar una infección leve conocida como "fiebre amarilla silenciosa". Esto ocurre en aproximadamente el 80% de los casos y se caracteriza sólo por síntomas leves, como fiebre y dolores de cabeza.
El tratamiento para la fiebre amarilla es de apoyo e incluye medidas para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. No existe un tratamiento antiviral específico para la fiebre amarilla, pero la enfermedad se puede prevenir mediante la vacunación. La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y eficaz y se recomienda para viajeros a zonas donde la enfermedad es endémica.