¿Qué prueba de laboratorio se realiza para diagnosticar una infección?

Pruebas de laboratorio Desempeñan un papel vital en el diagnóstico de una infección mediante el análisis de varias muestras, como sangre, orina o tejido, para identificar la presencia y el tipo de agente infeccioso. A continuación se muestran algunas pruebas de laboratorio comunes que se utilizan para diagnosticar infecciones:

1. Conteo sanguíneo completo (CSC):

- Un hemograma completo mide los niveles de diferentes células sanguíneas, incluidos los glóbulos rojos, los glóbulos blancos (WBC) y las plaquetas. Las infecciones a menudo causan cambios en el recuento de leucocitos, como un aumento en el recuento total de leucocitos o cambios en tipos específicos de leucocitos (neutrófilos, linfocitos, etc.).

2. Recuento diferencial de leucocitos:

- Esta prueba proporciona un análisis detallado de diferentes tipos de glóbulos blancos, lo que ayuda a identificar patrones específicos asociados con determinadas infecciones. Por ejemplo, una cantidad elevada de neutrófilos puede indicar una infección bacteriana, mientras que un aumento de linfocitos puede sugerir una infección viral.

3. Cultivo de sangre:

- El hemocultivo implica tomar una muestra de sangre e incubarla en un medio de cultivo especial para permitir que crezcan bacterias u hongos. Los hemocultivos positivos pueden identificar el microorganismo específico que causa la infección.

4. Cultivo de orina:

- Se realiza un urocultivo para detectar e identificar bacterias u hongos presentes en la orina. Se utiliza comúnmente para diagnosticar infecciones del tracto urinario (ITU).

5. Cultivo de esputo:

- El cultivo de esputo analiza una muestra de moco tosido de los pulmones para identificar infecciones respiratorias, como neumonía o bronquitis.

6. Cultura de la garganta:

- Un cultivo de garganta se realiza frotando la parte posterior de la garganta para detectar bacterias, como Streptococcus pyogenes (faringitis estreptocócica) o Neisseria gonorrea (gonorrea).

7. Cultivo de heces:

- Un cultivo de heces ayuda a identificar bacterias o parásitos en las heces, lo que ayuda en el diagnóstico de infecciones gastrointestinales, incluidas la intoxicación alimentaria y la disentería.

8. Cultivo de heridas:

- En casos de heridas infectadas, se toma una muestra del sitio de la herida para cultivar e identificar el microorganismo causante.

9. Pruebas serológicas:

- Las pruebas serológicas miden la presencia de anticuerpos producidos por el sistema inmunológico en respuesta a una infección. Estas pruebas incluyen un ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA) y un ensayo de inmunofluorescencia (IFA) para detectar anticuerpos específicos contra patógenos particulares.

10. Pruebas de Detección Directa de Antígenos:

- Las pruebas de detección de antígenos identifican directamente la presencia de antígenos, que son moléculas asociadas a patógenos específicos. Las pruebas rápidas de antígenos se utilizan comúnmente para diagnosticar infecciones como la influenza, el virus respiratorio sincitial (VRS) y el COVID-19.

11. Pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT):

- Las NAAT, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), amplifican y detectan los ácidos nucleicos (ADN o ARN) de agentes infecciosos, lo que permite una detección altamente sensible y específica de patógenos. Las NAAT se utilizan ampliamente para diagnosticar infecciones virales, incluidas el VIH, la hepatitis y la COVID-19.

Las pruebas de laboratorio específicas recomendadas para diagnosticar una infección dependen del tipo y fuente sospechada de la infección, los síntomas del paciente y el criterio clínico del médico.