El cólera prevaleció en el Reino Unido durante el siglo XIX, pero ya no es una amenaza para la salud pública en el país. El último gran brote de cólera en el Reino Unido se produjo en 1866 y se atribuyó a suministros de agua contaminados. Desde entonces, mejoras significativas en las medidas sanitarias y de salud pública han eliminado la enfermedad del país.