¿Qué sucede si todavía tienes placenta en el útero casi 4 meses después del nacimiento del bebé?

La placenta retenida es una afección poco común pero grave en la que la placenta no se desprende de la pared uterina después del parto. Los fragmentos de placenta que quedan en el útero pueden provocar infección, sangrado y adhesión de la placenta a la pared uterina.

Si ha retenido placenta, puede experimentar los siguientes síntomas:

- Sangrado vaginal que no se detiene o se vuelve más intenso después de varias semanas.

- Secreción vaginal con mal olor.

- dolor abdominal

- Fiebre

- Escalofríos

La placenta retenida se puede diagnosticar mediante una ecografía o un examen físico. El tratamiento generalmente implica una cirugía para extirpar la placenta retenida. En algunos casos, se pueden utilizar medicamentos para desprender la placenta.

La placenta retenida puede provocar complicaciones graves, como infección, sepsis y perforación uterina. Si experimenta alguno de los síntomas de la placenta retenida, es importante consultar a un médico de inmediato.

Estas son algunas de las cosas que pueden aumentar su riesgo de desarrollar retención de placenta:

- Cirugía uterina previa

- Nacimientos múltiples

- Placenta previa

- Desprendimiento de placenta

- corioamnionitis

Si corre riesgo de retención de placenta, su médico puede recomendarle una cesárea planificada para dar a luz a su bebé. Esto puede ayudar a reducir el riesgo de que la placenta permanezca en el útero.