¿Pasa algo? ¿Tengo hipo dos veces al día o más?
Condiciones médicas subyacentes:
Ciertas condiciones médicas pueden causar hipo frecuente. Algunos ejemplos incluyen la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), que ocurre cuando el ácido del estómago regresa al esófago, la hernia de hiato (una afección en la que parte del estómago sobresale a través de una abertura en el diafragma) y ciertas afecciones neurológicas.
Irritación del nervio frénico:
El nervio frénico ayuda a controlar el diafragma, el músculo responsable de la respiración. La irritación o daño a este nervio puede provocar hipo. A veces, esto puede suceder debido a factores como inflamación, compresión o estiramiento del nervio.
Comer en exceso o demasiado rápido:
Consumir una comida abundante o comer demasiado rápido puede provocar una distensión estomacal temporal y provocar hipo. Comer rápido puede atrapar aire en el estómago, lo que puede irritar el diafragma y provocar hipo.
Ciertas bebidas y alimentos:
Ciertos alimentos y bebidas, especialmente las bebidas carbonatadas, los platos picantes, las bebidas calientes y el alcohol, pueden provocar hipo en algunas personas. Estos elementos pueden irritar el diafragma o provocar una acumulación temporal de gas en el estómago.
Estrés y ansiedad:
El estrés y la ansiedad a veces pueden provocar hipo. Cuando se siente ansioso o estresado, sus patrones de respiración pueden cambiar, lo que puede afectar el diafragma y provocar hipo.
Si su hipo frecuente persiste durante más de unos pocos días o va acompañado de otros síntomas preocupantes, como dolor abdominal, náuseas, vómitos o dificultad para tragar, es recomendable consultar a un profesional de la salud para una evaluación. Pueden ayudar a identificar la causa subyacente del hipo y recomendar el tratamiento adecuado si es necesario.