¿Por qué no se extirpa un riñón no funcional?

Un riñón no funcional, también conocido como riñón con enfermedad renal terminal (ESRD), generalmente no se extirpa a menos que cause problemas específicos o presente riesgos para la salud. Aquí hay varias razones por las que no se puede extirpar un riñón no funcional:

1. Función de reserva: Aunque el riñón no sea funcional, aún puede proporcionar alguna función de reserva, como la regulación hormonal y el mantenimiento del equilibrio electrolítico. La extirpación del riñón podría suponer una mayor carga para el riñón restante y potencialmente empeorar la función renal general.

2. Consideraciones anatómicas: La ubicación del riñón no funcional y las estructuras circundantes pueden hacer que su extirpación quirúrgica sea compleja y arriesgada. La extirpación del riñón puede implicar una cirugía extensa y posibles complicaciones relacionadas con órganos, nervios y vasos sanguíneos cercanos.

3. Conservación de Nefronas: En algunos casos, un riñón no funcional aún puede contener nefronas sanas, las unidades funcionales de los riñones. Estas nefronas pueden ser viables para trasplante o regeneración futura mediante intervenciones médicas. Preservar el riñón no funcional proporciona una opción para posibles terapias futuras.

4. Ausencia de síntomas o complicaciones: Si un riñón no funcional no causa ningún síntoma o complicación, como dolor, infección u obstrucción, puede que no sea necesario extirparlo. Mientras el riñón restante funcione adecuadamente, es posible que no haya necesidad inmediata de intervención quirúrgica.

5. Preferencias del paciente: Algunos pacientes pueden preferir evitar la cirugía o pueden tener creencias religiosas o culturales que desalienten la extracción de órganos. En tales casos, la decisión de extirpar un riñón no funcional puede depender en última instancia de los deseos y valores del paciente.

Es importante señalar que la decisión sobre el manejo de un riñón no funcional es compleja e individualizada. Antes de determinar el curso de acción adecuado, se consideran cuidadosamente varios factores, incluida la salud general del paciente, el estado del riñón restante y los posibles riesgos y beneficios de la cirugía.