Es muy poco probable que la sola presencia de cálculos renales sea el único motivo para denegar la entrada a un país. Los escáneres de seguridad de los aeropuertos están diseñados para detectar amenazas potenciales, como armas o explosivos, y no condiciones médicas. Las personas generalmente viajan después de consultar a sus médicos y asegurarse de que están en condiciones de viajar.