¿Qué son los brotes en el lupus?
Algunos síntomas comunes asociados con los brotes de lupus incluyen:
1. Dolor e hinchazón de las articulaciones:Puede producirse aumento del dolor, rigidez e hinchazón de las articulaciones en las manos, los pies, las muñecas y otras articulaciones.
2. Fatiga:Se puede experimentar cansancio extremo y fatiga durante un brote.
3. Erupciones cutáneas:La característica erupción en forma de mariposa en la cara puede volverse más pronunciada o pueden aparecer nuevas erupciones cutáneas.
4. Fiebre:Puede producirse fiebre inexplicable que no esté relacionada con una infección.
5. Afectación renal:empeoramiento de la función renal, lo que provoca proteínas en la orina o disminución de la producción de orina.
6. Problemas pulmonares:Se puede desarrollar pleuritis (inflamación del revestimiento de los pulmones) o neumonía.
7. Problemas neurológicos:pueden producirse dolores de cabeza, convulsiones o confusión si el cerebro o el sistema nervioso se ven afectados.
8. Anomalías de las células sanguíneas:se pueden observar niveles reducidos de glóbulos rojos (anemia), glóbulos blancos (leucopenia) o plaquetas (trombocitopenia).
9. Fenómeno de Raynaud:episodios en los que los dedos de manos y pies se vuelven blancos, azules o rojos en respuesta a las bajas temperaturas o al estrés.
10. Úlceras bucales:Se pueden desarrollar llagas o úlceras dentro de la boca.
11. Dolores de cabeza y migrañas:Los dolores de cabeza intensos o migrañas pueden ocurrir con mayor frecuencia durante los brotes.
12. Problemas gastrointestinales:se puede experimentar dolor abdominal, náuseas, vómitos o diarrea.
13. Problemas oculares:Puede producirse inflamación de los ojos, ojos secos o sensibilidad a la luz.
14. Linfadenopatía:se pueden sentir ganglios linfáticos inflamados debajo de los brazos, en el cuello u otras áreas del cuerpo.
15. Dificultades cognitivas:algunas personas pueden experimentar problemas de memoria o dificultad para concentrarse durante los brotes.
Es importante que las personas con lupus controlen su afección con chequeos médicos regulares, medicamentos y modificaciones en el estilo de vida. Controlar el estrés, descansar lo suficiente y mantener una dieta saludable también puede ayudar a reducir la frecuencia y gravedad de los brotes. Si se produce un brote, es esencial recibir atención médica inmediata para prevenir complicaciones graves.