Los seres humanos no suelen tener niveles de ácido en la sangre. El pH de la sangre humana normalmente se mantiene dentro de un rango estrecho de 7,35 a 7,45, que es ligeramente alcalino. Las variaciones fuera de este rango, conocidas como acidosis o alcalosis, pueden indicar afecciones médicas subyacentes y alterar las funciones normales del cuerpo.