Los síntomas generalmente no aparecen al nacer porque los bebés tienen niveles altos de hemoglobina fetal (HbF), que pueden compensar la ausencia o reducción de la hemoglobina adulta (HbA) en la beta-talasemia. La hemoglobina fetal es capaz de transportar oxígeno de forma eficaz durante la etapa fetal y los primeros meses después del nacimiento. A medida que el bebé crece y la producción de hemoglobina fetal disminuye, la deficiencia de hemoglobina adulta se vuelve más evidente y los síntomas de la beta-talasemia comienzan a manifestarse, generalmente entre los 6 meses y los 2 años de edad.