¿Qué es la esclerosis aórtica?

Esclerosis aórtica se refiere al endurecimiento de las paredes aórticas, que son las paredes del vaso sanguíneo más grande del cuerpo, la aorta. Esta afección se caracteriza por el engrosamiento, endurecimiento y pérdida de elasticidad de las paredes aórticas, lo que conduce a una reducción del flujo sanguíneo y un aumento de la presión dentro de la aorta.

Causas:

La esclerosis aórtica puede ser causada por varios factores, que incluyen:

- Envejecimiento :Se observa comúnmente como parte del proceso natural de envejecimiento y es más frecuente en adultos mayores.

- Presión arterial alta (hipertensión) :La hipertensión crónica ejerce presión sobre las paredes de la aorta, lo que provoca su engrosamiento y rigidez.

- Aterosclerosis :Esta afección implica la acumulación de placas grasas (ateromas) en las arterias, incluida la aorta. La aterosclerosis puede contribuir a la esclerosis aórtica.

- Ciertas condiciones médicas :La esclerosis aórtica también puede estar asociada con afecciones médicas subyacentes como diabetes, colesterol alto, obesidad, enfermedad renal y ciertos trastornos hormonales.

Síntomas:

En muchos casos, es posible que la esclerosis aórtica no cause ningún síntoma perceptible, especialmente en sus primeras etapas. Sin embargo, a medida que la afección avanza, puede provocar varios síntomas, entre ellos:

- Dolor en el pecho (angina)

- Dificultad para respirar

- Fatiga

- Mareos o aturdimiento

- Palpitaciones (frecuencia cardíaca rápida)

- Reducción de la fuerza del pulso en las piernas.

Tratamiento:

El tratamiento de la esclerosis aórtica normalmente se centra en controlar las causas subyacentes y prevenir las complicaciones. Puede incluir modificaciones en el estilo de vida, como ejercicio regular, una dieta saludable para el corazón, mantener un peso saludable, dejar de fumar y controlar la presión arterial, el azúcar en sangre y los niveles de colesterol. También se pueden recetar medicamentos para controlar estos factores y reducir el riesgo de complicaciones. En casos graves, pueden ser necesarias intervenciones quirúrgicas como el reemplazo de la válvula aórtica o la cirugía de bypass.