Los calambres musculares no son un efecto secundario típico de la donación de sangre. Si bien algunas personas pueden experimentar una leve molestia, como dolor o sensación de hormigueo en el brazo, estos efectos suelen resolverse rápidamente. Sin embargo, es importante informar cualquier síntoma o inquietud inusual al personal médico del centro de donación de sangre. Si experimenta calambres musculares persistentes o severos, es recomendable consultar a un proveedor de atención médica para una evaluación adicional.