¿Qué son los trastornos somatomorfos?

Trastornos somatomorfos se caracterizan por síntomas físicos que sugieren una condición médica; sin embargo, no se puede encontrar una causa física para los síntomas. Las personas con trastornos somatomorfos no fingen ni imaginan sus síntomas. Están experimentando angustia e incomodidad reales.

Se cree que los trastornos somatomorfos son causados ​​por una combinación de factores psicológicos y biológicos. Los factores psicológicos, como el estrés, el trauma y la depresión, pueden contribuir al desarrollo de síntomas físicos. Los factores biológicos, como la genética, pueden predisponer a las personas a desarrollar trastornos somatomorfos.

Existen varios tipos de trastornos somatomorfos, entre ellos:

* Trastorno de somatización: Las personas con este trastorno experimentan múltiples síntomas físicos que no pueden explicarse por una afección médica. Los síntomas pueden variar con el tiempo y pueden incluir dolor, fatiga, dificultad para respirar, mareos y dolor abdominal.

* Trastorno de conversión: Este trastorno se caracteriza por síntomas neurológicos que sugieren una enfermedad física, como ceguera, parálisis o convulsiones. Sin embargo, no se puede encontrar ningún daño orgánico al sistema nervioso.

* Trastorno dismórfico corporal: Las personas con este trastorno están preocupadas por uno o más defectos percibidos en su apariencia. Es posible que dediquen demasiado tiempo a arreglarse o tratar de ocultar sus defectos percibidos.

* Hipocondriasis: Las personas con este trastorno están excesivamente preocupadas por tener una afección médica grave. Es posible que busquen atención médica con frecuencia y se sientan muy angustiados por sus síntomas, incluso si no se encuentran problemas médicos.

Los trastornos somatomorfos pueden ser incapacitantes y afectar significativamente la calidad de vida de una persona. El tratamiento suele implicar psicoterapia, medicación o una combinación de ambos.

Si experimenta síntomas físicos que no se explican por una afección médica, es importante consultar a un médico para descartar cualquier problema médico subyacente. Si no se puede encontrar una causa física, su médico puede derivarlo a un profesional de salud mental para una evaluación y tratamiento adicionales.