Casi cualquier persona puede recibir un masaje, independientemente de su edad, sexo o estado de salud. Sin embargo, existen algunas excepciones. Por ejemplo, es posible que las personas con trastornos hemorrágicos o ciertas infecciones de la piel no puedan recibir un masaje. Además, algunas afecciones médicas, como el cáncer o las enfermedades cardíacas, pueden requerir precauciones especiales. Si tiene algún problema de salud, siempre es mejor consultar con su médico antes de recibir un masaje.