¿Explica cómo los cambios en la estructura alveolar provocan una disminución de los niveles de oxígeno en sangre en el enfisema?
Superficie reducida para el intercambio de gases: La destrucción de las paredes alveolares reduce la superficie total disponible para el intercambio de gases. Esto significa que se puede absorber menos oxígeno del aire de los pulmones al torrente sanguíneo.
Distancia de difusión aumentada: La distancia que debe recorrer el oxígeno para llegar a los capilares de las paredes alveolares aumenta en el enfisema. Esto dificulta que el oxígeno se difunda a través de la membrana alveolar-capilar y entre al torrente sanguíneo.
Pérdida de retroceso elástico: El retroceso elástico de los pulmones lo proporcionan las fibras de elastina de las paredes alveolares. En el enfisema, estas fibras se destruyen, lo que provoca una pérdida del retroceso elástico. Esto dificulta que los pulmones se expandan y contraigan durante la respiración.
Atrapamiento de aire: La destrucción de las paredes alveolares y la pérdida del retroceso elástico provocan que el aire quede atrapado en los pulmones. Esto significa que parte del aire que se respira permanece en los pulmones y no se expulsa durante la exhalación. Esto reduce aún más la cantidad de oxígeno que puede llegar al torrente sanguíneo.
Desajuste ventilación-perfusión: La destrucción de las paredes alveolares y la pérdida del retroceso elástico también provocan un desajuste entre ventilación y perfusión. Esto significa que algunas áreas de los pulmones reciben más aire que flujo sanguíneo, mientras que otras áreas reciben más flujo sanguíneo que aire. Esto da como resultado una disminución en la eficiencia del intercambio de gases.
Todos estos factores contribuyen a una disminución de los niveles de oxígeno en sangre en el enfisema. Esto puede provocar una variedad de síntomas, que incluyen dificultad para respirar, fatiga y confusión. En casos graves, el enfisema puede ser mortal.